La primera vez que escuchamos hablar de los pueblos del Eje Cafetero en Colombia, ingenuamente pensamos que se trataba de una serie de pueblos uno después del otro. Algo así como una ristra de pueblitos sobre una misma carretera con cafetales. Bueno, la cosa no es tan literal. El Eje Cafetero, más que eje, es una región que abarca varios pueblos de diversos departamentos: son un montón de puntos, ciudades, pueblos y pueblitos a lo ancho y a lo largo del centro oeste de Colombia, entre las ramificaciones de la Cordillera de los Andes. Claramente, las condiciones climáticas, la topografía y la cultura en general en torno al cultivo del café no entiende de divisiones políticas ni itinerarios turísticos.
El Eje Cafetero no es muy extenso, pero está muy poblado y existen numerosos pueblos atractivos, algunos turísticos, otros no, muy cerca entre sí. Para los viajeros este dato es importante, porque al estar todo relativamente cerca, no hay una mejor o peor forma de recorrerlo. Puede ser de sur a norte o de norte a sur. Pero también puede ser en cualquier orden, porque entre sus pueblos nunca hay más que un par de horas de viaje. Lo que sí, al ser una geografía de montaña, no hay que dejarse engañar por los kilómetros que marque el mapa porque a veces un viaje de 20 kilómetros representan 2 horas de bus.
¿Cuáles son los pueblos más bonitos del Eje Cafetero?
La particularidad de esta región es que combina paisajes verdes y exuberantes entre montañas con algunos de los pueblos más bonitos de Colombia e incluso de América Latina con una identidad bien marcada; por eso la región se llama oficialmente Paisaje Cultural Cafetero (Más info en esta web oficial). Está declarada como Patrimonio Mundial porque en esta zona el ambiente natural -laderas empinadas entre montañas de la Cordillera en una altitud de entre 800 y 1800 msnm, temperaturas promedio de entre 18 y 22 C° y lluvias durante más de 8 meses- fue transformado por la población local para desarrollar su economía a partir del cultivo del café. Esto generó una cultura propia por la misma dinámica de la vida en el campo y las rutinas particulares de la caficultura: fincas en extensiones pequeñas, trabajo familiar, recolección manual, cooperativas y muchos otros aspectos que se pueden conocer visitando los pueblos del Eje Cafetero en Colombia. A continuación, nuestra experiencia por los pueblos más bonitos del Eje Cafetero.
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Salento
Salento (Quindío) es el pueblo estrella del Eje Cafetero; el más famoso y el más concurrido. Según nos contaron -no vamos a poner las manos en el fuego por esta afirmación- Salento es el destino de Colombia que más turistas recibe por año, luego de Cartagena. A nosotros nos cuesta creerlo pero la plaza principal siempre está llena de turistas. A la mañana, desde allí, se van llenando uno a uno los jeeps “Willys”. La mayoría salen para el Valle de Cocora, otros para Filandia y algunos para las fincas cafeteras de la zona rural. A la tarde los visitantes copan los bares y cafés alrededor de la plaza y principalmente los de la Calle Real.
La Calle Real es el punto más atractivo de Salento. Quizás sea la foto más característica de los pueblos del Eje Cafetero. Son unas 5 cuadras de fachadas coloridas, con sus puertas y ventanas enmarcadas en madera y sus frentes trabajados artesanalmente. Es una peatonal repleta de locales comerciales: restaurantes, cafés, galerías, tiendas de ropa, de artesanías, de “chucherías”. Todos los encargados de los locales se paran en la puerta dándote la bienvenida con su amable “bien pueda” o “a la orden”.
Como dijimos, lo más lindo de la Calle Real son sus fachadas. El tema es que de 8 a 22 hs todos los locales están abiertos, por lo que no se pueden apreciar las puertas y ventanas. Por eso recomendamos, al menos un día, levantarse temprano para estar a las 7 am en la Calle Real y ahí ver toda la arquitectura en su máximo esplendor. Luego de las 8 am, cuando empiezan a abrir los cafés, te podés tomar un desayuno con vista a la sierra y a los cafetales.
Al final de la Calle Real hay una super escalera de 238 escalones que te lleva al Mirador de Salento. Desde ahí podrás confirmar lo que se sospecha desde abajo. Salento es un pueblito chico, tendrá unas 20 cuadras de ancho por otras 20 cuadras de largo. Desde el mismo mirador, pero hacia el otro lado tenés una vista de lo que es el ingreso al Valle de Cocora y al Cerro Morrogacho. Hacia la izquierda hay otro mirador desde donde se ve desde otro ángulo toda la sierra verde y tupida que rodea a Salento. Allí hay vendedores de artesanías y algunos puestos de comida. La buena noticia es que desde ahí hay una calle que conecta con el pueblo; por lo que, además de bajar, se puede llegar allí sin subir los 238 escalones.
Ir al Valle de Cocora es un imperdible si vas a Salento. Es un paseo de medio o un día completo, dependiendo de las ganas de caminar. Hay diversos senderos para recorrer rodeados de la Palma de Cera, árbol nacional colombiano. Hay circuitos para todos los gustos: a caballo, autoguiados, con guías, senderos cortos y senderos larguísimos. Hay algunos pagos y otros gratuitos.
Si querés hacer todo por tu cuenta, tenés que levantarte temprano e ir a la plaza principal para tomarte un Jeep Willy. Una vez en el Valle de Cocora, tenés la información sobre los senderos y alquiler de caballos.
Si preferís algo más organizado, hay excursiones para reservar con anticipación. Fijate el itinerario de esta excrusión acá.
Otro imperdible en Salento es ir a una finca cafetera. No te podés ir del Eje Cafetero sin visitar una finca y en Salento es en dónde hay más opciones preparadas para el turista, con poco o mucho presupuesto. Esto es, con buen acceso, transporte y visitas guiadas para aprender todo el proceso desde el grano hasta la taza. Nosotros fuimos a Finca Las Acacias, un emprendimiento familiar. Durante la visita aprendimos mucho sobre la producción del café, caminamos entre los cafetales -no en todas las fincas te lo permiten-, juntamos algunos granos aunque no era época de cosecha, y degustamos café que nosotros mismos pasamos por el molinillo manual. Hasta allí se puede ir caminando o en Jeep desde la plaza totalmente por tu cuenta.
Si te queda energía recomendamos volver caminando por la vereda Palestina saliendo de la zona de fincas se cruza el río y al doblar a la derecha, se bordea por una calle de tierra hasta llegar a la carretera hacia Salento. Y desde ahí recomendamos tomar el bus local ya que es todo en subida hasta el pueblo.
Para hacer la visita a una finca cafetera de manera organizada y reservarla online podés consultar la excursión a Finca el Ocaso, es una de las más conocidas de la región y la que tiene más experiencias en actividades de tipo turístico. Podés ver el itinerario de la excursión a la Finca El Ocaso en este link
Si tenés poco tiempo, una buena opción es hacer una excursión que combine el Valle de Cocora con la visita a una finca en el mismo día. Podés ver el detalle de una opción así acá
La actividad que sumamos en nuestro segundo viaje a Salento fue una caminata por la reserva natural Santa Rita. Es una reserva privada que propone un recorrido de 4 km en total por diversos paisajes típicos del Eje Cafetero: bosques, campos, claros, cascadas, arroyos. Al llegar a la cascada Santa Rita hay una piscina natural apta para el baño, si te animás al agua fría. No es un imperdible pero es una actividad que disfrutamos mucho porteando a la peque con algo más de un año. El predio tiene varios senderos, un comedor en medio del bosque para tomarse un café tinto con arepa, sector de camping y hospedaje rural y restaurante en la casa principal a la entrada del predio.
Para hospedarte en Salento, lo aconsejable es hacerlo cerca de la plaza porque desde allí salen los transportes a todos los alrededores. Tenés que tener en cuenta que es un pueblo de subidas y bajadas y cada cuadra puede ser que implique algo de esfuerzo físico. Pero si te gusta caminar, también es lindo estar más alejado y disfrutar de la serenidad del campo.
Nosotros nos hospedamos la primera vez en una casona típica habilitada como hostería familiar. Estaba un poco alejado pero re tranquilo y una vista sensacional. Años después, al volver, fuimos y estaba convertida en hostel y las vista había cambiado un poco. La segunda visita nos hospedamos a 50m de la plaza en un departamento que alquilamos por Airbnb porque estuvimos una semana y nos resultaba conveniente por la cocina y por viajar con la peque de 1 año era mejor estar cerca del centrito. Lamentable no lo disfrutamos mucho porque en esa época estaban construyendo un mega centro artesanal justo enfrente.
Lo bueno es que en Salento en general todas las opciones de hospedaje son auténticas y tradicionales construcciones de la región o están ambientadas de esa manera. Podés buscar las mejores opciones de alojamiento en Salento en este enlace de Booking.com.
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Filandia
Filandia (no Finlandia) es un pueblo de Quindío con mucho movimiento, quizás el que más movimiento tenga de todos los que recorrimos en el Eje Cafetero. Un movimiento en parte turístico y en parte local. Lo que más nos gustó de Filandia fue ese movimiento local, que va en una dimensión paralela a la del turismo. En esa dimensión no les importa venderte nada, ni que te sientas especial ni hablarte en inglés; te tratan como a uno más, ni mejor ni peor.
La plaza principal es grande y está rodeada de cafés y restaurantes. Los locales piden un tinto y se sientan en las sillas que hay sobre la vereda. Algunos juegan al billar o al pool.
En diagonal a la plaza, se encuentra el Centro de Interpretación del Bejuco y el Canasto. Es un lugar interesante para conocer un poco sobre la cultura y tradición local trabajando el bejuco, una planta autóctona, cuyas hojas se usan para hacer múltiples objetos artesanales. Es la sede del Centro Artesanal de Filandia, por lo que se pueden comprar artesanías o pagar por una visita guiada.
Desde la plaza, sale la Calle del Tiempo Detenido. Un recorrido de unos 300 metros que termina en un mirador a la sierra. Filandia, como el resto de los pueblos del eje cafetero, está lleno de construcciones coloridas y esta calle es quizás su principal exponente. Un nuevo atractivo de Filandia es el mirador del Ecoparque Colina Iluminada del Quindío. Queda a 20 minutos caminando desde la plaza y la entrada tiene un valor de 2,5 USD aprox por persona. Nos pareció cara la entrada por lo que no subimos ni entramos al predio, así que no tenemos opinión al respecto.
Si te hospedás en Salento, a Filandia se puede ir por el día con los jeeps Willys que salen de la plaza principal regularmente.
En Filandia también hay fincas cafeteras y reservas naturales privadas con senderos para disfrutar de los paisajes del Eje Cafetero.
- Consultá el itinerario de la visita guíada por Filanda desde acá.
- Conocé los detalles de la visita a la reserva Barbas Bremen desde acá.
Es una buena opción quedarte unos días para quienes disfrutan de los destinos menos turísticos. La desventaja es que si te interesa ir al Valle de Cocora es trasmano.
Podés encontrar los mejores hostels y hoteles de Filandia en booking, desde este link.
Pijao
Pijao es conocido como el jardín turístico del Quindío y más recientemente como el primer pueblo de Sudamérica en ser denominado “pueblo sin prisa”. Forma parte de la red internacional “cittaslow” que otorga ese título a los pueblos o ciudades en los que se busca desarrollar un turismo que no afecta la esencia local.. Así lo encontramos en la web en 2019 aunque parece que después de la pandemia dejó de pertenecer a ese movimiento.
Llegamos a Pijao desde Armenia, luego de una hora de viaje en bus local que sale de la terminal. Desde su plaza principal se puede caminar por sus diferentes calles y sacar fotos hasta cansarse. En todas las calles vas a encontrar fachadas típicas del eje cafetero. Muy coloridas, con trabajos en madera pintada. Lo bueno que vimos de Pijao es que algunas están restauradas y otras no, lo que le da un toque de autenticidad y permite viajar en el tiempo e imaginar cómo era este pueblo antes de su despertar turístico.
A dos cuadras de la plaza, se termina el pueblo y se abren unos caminos que rodean al Río Lejos que atraviesa el pueblo. Ideales para caminar después del almuerzo, protegido por los árboles y con el sonido relajante del agua pasar. Otro atractivo interesante es La casa de los recuerdos, una iniciativa privada que busca mostrar cómo era una casa típica con sus ambientes y mobiliario.
Pijao lleva ese nombre por la población originaria que habitaba la región. Hay una pequeña muestra museográfica en el edificio municipal que cuenta algo de la historia.
Nosotros fuimos a Pijao un domingo y la plaza estallaba. Por un lado de turistas y viajeros, por otro de locales, que en su día de descanso bajaban de los cafetales – muchos montados en caballo- para tomar, jugar al billar y descansar. Es un buen día para ir y ver todo ese movimiento. Quizás para verlo sin prisa, sea mejor ir un día de semana.
Si bien no nos hospedamos en Pijao, nos hubiese gustado poder pasar unas noches allí, para conectarnos con el entorno natural y cultural. Como se está desarrollando turísticamente hay cada vez más opciones, como la visita a fincas cafeteras con formato de tours abiertos al público.
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Santa Rosa de Cabal
Santa Rosa de Cabal (Risaralda) no es el típico pueblo del Eje Cafetero pero tiene un atractivo diferencial: sus aguas termales. En el fondo de esta pequeña ciudad, se encuentra un complejo termal natural con cascadas y piletones. No somos fanáticos de este tipo de actividad, pero es un buen plan para relajarse y descansar en un entorno montañoso y natural. El complejo tiene una buena infraestructura en dónde se puede comer, bañarse, darse un masaje y salir como nuevo.
Esta pequeña ciudad queda a 15 km de Pereira, la capital del departamento, por lo que es un buen plan conocer los termales si se decide conocer el Eje Cafetero desde Pereira o para quienes están pensando en conocer el Parque Nacional Los Nevados. Desde el centro de Santa Rosa, donde se encuentra la plaza principal Parque de las Araucarias, hasta los termales hay diferentes opciones de hoteles rurales y fincas para pasar aunque sea una noche allí. También el complejo termal ofrece alojamiento además de la posibilidad de pasar el día en el balneario.
Podés encontrar los mejores hostels y hoteles de Santa Rosa de Cabal en Booking, desde este link.
La paz es incomparable. También hay muy lindos lugares para probar el famoso chorizo de la zona. Delicioso para nosotros que somos carnívoros.
Nosotros lo hicimos todo en auto alquilado, pero también hay excursiones que van al complejo termal desde Pereira (consultá acá) o incluso desde Salento (detalles de esa excursión en este enlace).
El Águila
El Águila no es un pueblo turístico, ni está cercano a serlo. Llegamos allí gracias a que Daniel nos invitó a través de Couchsurfing. Es un pueblo cafetero al que llegamos desde Cartago, una ciudad al norte del Valle de Cauca.
El Águila tiene el encanto de ser un pueblo auténtico, no hay turistas ni nada armado para el turismo. Así cómo se ve es como es. La plaza y la iglesia son el punto de encuentro. Se ven pasar los Jeeps Willys que bajan café para las moliendas. Todas las fincas cafeteras de los alrededores suelen vender el café seco y en granos a la cooperativa, que se encarga de tostarlo, molerlo y comercializarlo. Cuando hay cosecha se nota, se siente, se percibe; el movimiento en El Águila aumenta notablemente.
Al no haber atractivos turísticos lo que uno pueda hacer en El Águila depende un poco de cómo se relacione con la gente del pueblo. Nosotros fuimos a visitar la finca de Daniel, caminamos por la ruta hacia las afueras para tener vistas interminables, caminamos por cada rincón del pueblo y hasta fuimos a la piscina municipal con las mejores vistas. Tomamos mucho café de las fincas aledañas y conversamos mucho con Daniel y otros vecinos.
No hay hospedajes formales en El Águila, pero si les interesa ir avisennos y podemos contactarlos con Daniel y otras personas que conocimos allí.
La experiencia que tuvimos en El Águila seguramente puede ser similar en cualquiera de los pueblos del Eje Cafetero que no tengan fama turística, pero a los que uno puede llegar sin problemas porque es una región muy conectada.
Armenia, capital del Quindío
Armenia, no es un pueblo del Eje Cafetero, sino una ciudad con todas las letras, capital del departamento de Quindío. La incluímos en esta nota porque es un punto ideal desde dónde se pueden visitar todos los pueblos del Eje Cafetero e incluso al Parque del Café. Por ubicación, se encuentra a poca distancia de todos los pueblos. Y por conexión encontrás buses con buena frecuencia que salen de la terminal.
Los atractivos turísticos en Armenia no son muchos. Destacamos el Parque de La Vida, un parque de abundante vegetación nativa, que por momentos te da la sensación de estar en medio del bosque y no en una ciudad capital.
Además, según armes tu recorrido por los pueblos del Eje Cafetero, es un buen lugar para acceder al confort y los beneficios de cualquier ciudad. Desde buenos hospitales -nosotros estuvimos 10 días por una Neumonía de la peque-, hasta hoteles 5 estrellas, pasando por centros comerciales y propuestas gastronómicas variadas. ¡Por favor no se olviden de contratar un seguro de viaje!
En este punto queremos hacer un alto. Para nosotros que vivimos viajando, hay momentos en los que necesitamos pausas y un poco de confort. En el aspecto gastronómico eso se traduce en comer algo similar a lo que podemos encontrar en nuestro país: asado, buena pastelería, helados. Así fue que, aprovechando que estábamos en Armenia, para festejar el Día de la Madre, fuimos a La Fogata 1963, un restaurante clásico de la ciudad caracterizado por sus buenas carnes asadas. Comimos mucha carne en la parrilla, casi como si hubiésemos hecho si estábamos en Argentina. Carne de primera calidad, acompañada por patacones y jugos naturales. Estos últimos dos, placeres gastronómicos típicos de Colombia. Ese mismo día por la tarde, nos dimos un gustazo tomando un café producido en Quindío, acompañado de unas ricas tortas de chocolate caseras en Café 360. Ambos lugares, muy recomendados para un paso por Armenia.
Para hospedarse en Armenia hay mucha y variada oferta. Nosotros alquilamos a través de Airbnb. La mejor zona, a nuestro entender, es entre los barrios Las Lomas y La Campina, porque está cerca del Parque de la Vida y otras zonas verdes. Esos barrios son lindos para caminar, en una zona segura y tranquila y al estar un poco elevada, tiene las mejores vistas.
Si buscás hospedaje más tradicional, podés encontrar los mejores hostels y hoteles de Armenia en booking, desde este link.
¿Qué hacer en el eje cafetero en 3 días?
Si llegaste lleyendo hasta acá, habrás notado que hay mucho que hacer en el Eje Cafetero. Sin embargo pensamos este apartado para aquellos que tienen una agenda apretada. Queremos ayudarlos a decidir bien qué hacer en el Eje Cafetero en 3 días o en menos de una semana.
Logicamente esto tiene mucho de opinión personal, pero lo que nosotros haríamos es:
Día 1: Salento. Recorrida por el pueblo y visita a finca Cafetera.
Día 2: Salento. Visita al Valle de Cócora.
Día 3: Filandia. Recorrida por el pueblo. (Si les gustan muchos las aguas termales, pueden dedicar este día a Santa Rosa.
¿Cómo llegar, dónde dormir y cómo recorrer los pueblos del Eje Cafetero?
Como decíamos anteriormente no hay una forma recomendada para recorrer el Eje Cafetero. Las distancias entre puntos son cercanas. Nosotros lo recorrimos siempre de sur a norte, una vez desde Cali en buses locales y otra desde Bogotá en auto alquilado en la capital. En ambas oportunidades, terminamos en Medellín.
Lo primero que es necesario definir es en qué lugares querés pasar la noche y cuáles vas a visitar en el día.
Nosotros recomendamos pasar si o si al menos 2 noches en Salento, para recorrer bien el pueblo, visitar alguna finca cafetera y poder ir temprano al Valle de Cocora.
Filandia se puede recorrer en el día yendo desde Armenia, Pereira o desde Salento. Pijao se puede recorrer en el día, yendo desde Armenia.
El Águila es un caso especial, que no recomendamos para agendas apretadas ni turistas clásicos y además dependería de si conseguís hospedaje. No es un pueblo que tenga mucho sentido ir a visitar por el día, la gracia es “vivir” el pueblo y para eso hay que pasar unos días allí, sin esperar mucho.
Al ser el Eje Cafetero una zona turística, hacia todos los puntos hay transporte público regular cada 30 minutos o máximo una hora. No es un lujo, pero es confiable y es relativamente fácil conseguir información de horarios y costos.
La terminal de Armenia es un punto clave. Sino en cada pueblo encontrarán información en la plaza o calle principal.
Las ciudades de Manizales y Pereira también son ciudades importantes, capitales de la zona, en dónde se puede hacer base y/o conseguir transporte a los diferentes pueblos. Otros pueblos del Eje Cafetero con facilidades para conocer la cultura y la naturaleza de la región son: Palestina y Salamina, cerca de Manizales en Caldas, Quimbaya cerca de Pereira en Risaralda.
El estado de las rutas en general es muy bueno, sobre todo en la carretera principal que atraviesa la región. Desde esta autopista salen caminos un poco más precarios hacia los pueblos, pero que tampoco están tan mal.
Una gran opción es recorrer el Eje Cafetero en auto. Esto te da una libertad de movimiento que en esta región es ideal ya que los pueblos están tan cerca que te permite visitarlos cómo te dé la gana y hospedarte en cualquiera sin preocuparte por horarios y distancias. Lo único que hay que tener en cuenta es que hay varios peajes y no son baratos.
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Desde Argentina y casi desde cualquier otra ciudad capital se puede llegar en avión a Cali (vía Panamá) o Bogotá directo y desde ahí alquilar en auto o ir en bus a Armenia o Pereira, para desde ahí comenzar el recorrido. También se puede llegar en avión a cualquiera de las capitales del eje cafetero.
Les dejamos este comparador de vuelos de Skyscanner para buscar opciones para llegar en avión a Manizales o alguna otra de las capitales de la zona.
Podés consultar en esta web oficial para contar con más información.
¿Te quedó alguna duda? ¿Estás planeando tu viaje al Eje Cafetero? Dejanos tu mensaje abajo en los comentarios.
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Acabo de disfrutar este paseo por el Eje Cafetero, descrito y detallado de una manera amena y pormenorizada, con buenos consejos. Me agradó el estilo de tu redacción….. muchas gracias.
Teníamos ganas de hacer este recorrido por el Eje Cafetro, pero diversas razones nos lo impidieron hasta hoy. Sin embargo, después de leerte, ya decidimos ponerlo por obra y lo haremos en los proximos días….. ahora con mayor conocimiento y planificación, gracias a tí.
Sigan informándonos sobre sus viajes por el mundo, que mucho nos ayudan.
Gracias y un cordial saludo.
Hola Martín, gracias por leer y comentar. Que bueno que esten planificando el paseo por el Eje Cafetero. Que lo disfruten!