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De vacaciones entre La Barra y José Ignacio

Punta del Este es un destino típico para ir de vacaciones en verano. Típico para quien le guste mirar yates atracados en el puerto o para quién es dueño de uno. Aunque no es un lugar que elegiríamos nosotros –ni tenemos yates ni nos da el presupuesto ni nos atrae como lugar- puede ser una buena opción pasar unas semanas de sol y playa, fiestas, gastronomía, deportes acuáticos, estancias, actividades culturales y nocturnas y decenas de opciones para entretenerse a cambio de alguna no tan módica suma.

En nuestro caso nos limitamos a jugar al fútbol con un limón que encontramos en la arena, comer sándwich en la playa y tomar mucho mate al atardecer. Además salimos a recorrer las afueras. Hacia el oeste Punta Ballena –que ya hablamos mucho en esta nota-. Hacia el este nos fuimos para La Barra y José Ignacio.

Playa de José Ignacio
Días de caminata por la playa.

La Barra está separada de Punta por el Arroyo Maldonado. Las ciudades están unidas por un puente ondulado. La Barra es el lugar de las galerías de arte, las casas de colores y las playas modernas, más concurridas por el público joven.

Nosotros la visitamos en temporada baja así que nos imaginamos grupos de amigos haciendo ronda y tomando alguna bebida refrescante. Quizá tenemos mucha publicidad en mente. Aunque cuando quisimos dormir siesta después de comer, se nos hizo bastante difícil por el volumen de la música que pasaban en un parador cercano. Así que del ambiente festivo, somos testigos.

De ahí nos fuimos a San Ignacio. El paisaje es totalmente diferente: mucho campo a los alrededores y un pueblo bien pequeño. Las grandes estancias que supuestamente hay ni se ven desde el camino; están bien ocultas atrás de los árboles. En el pueblo las casas son todas de madera de colores pasteles y aparentemente sencillas.

Plaza de José Ignacio,
Cuando entrás a José Ignacio leés esto…

En San Ignacio hay un faro al que se puede acceder pagando entrada. Hacia la izquierda, las playas están llenas de los caparazones de las almejas, lo que hace que caminar descalzo sea bastante molesto además del feo olor que hay en toda la zona. Un kilómetro más adelante las playas ya son de una arena muy fina que reconforta la planta del pie.

Faro de José Ignacio.
Parece linda la playa, pero el olor a marisco podrido es demasiado intenso.

Hacia la derecha no hay playa. Es todo piedra. Ahí es donde los pescadores acercan al atardecer con su balde en el que esperan sentados que alguno pique.

Ahí es donde nosotros vimos otro atardecer tomando mate.

Playa de piedras de José Ignacio
Paciencia y contemplación.
Atardecer en José Ignacio, Uruguay.
Espectáculo de color.

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