No nos consideramos expertos en hacer dedo. Sin embargo recurrimos a esta práctica normalmente y es parte importante de nuestro proyecto de vida itinerante. Las ventajas del autostop (como se lo llama internacionalmente) son muchas -y las desventajas también-. Acá les contamos una que demuestra que a veces es difícil hacer dedo en Brasil.
Después de leer mucho sobre el tema y luego de varios meses de experiencia, conocemos las buenas prácticas para hacer dedo y normalmente las llevamos adelante. Pero en Brasil pegar carona (como se dice en portugués) nos viene resultando un tanto difícil. Nuestro intento de hacer dedo a la Chapada Diamantina es el más claro ejemplo.
Estábamos en Barreiras, un pueblo grande en el centro del estado de Bahía, porque veníamos de Brasília e íbamos camino a la Chapada Diamantina. Nos levantamos un lunes temprano con toda la buena energía para hacer dedo hasta Lençóis, el pueblo de la Chapada donde íbamos a hacer base. La distancia entre los pueblos es de unos 500 km. Una persona de Couchsurfing nos esperaba en Lençóis.
Cartel en mano, mucha agua, protector solar y gorra en la cabeza, nos ubicamos en la ruta a la salida del pueblo donde pasaban muchos camiones y muchos autos en el sentido que necesitábamos. Con banquinas generosas y una “loma de burro” cerca, nadie podía recurrir a las excusas de la falta de espacio o al exceso de velocidad para no levantar a dos buenos pibes que están cumpliendo su sueño. Sin embargo, pocos nos miraron.
Un camión que iba sin escalas hasta Salvador nos paró pero cuando vió las mochilotas se dio cuenta que no entrábamos y cuando intentó abrir la caja advirtió que estaba cerrada.
En ningún momento de nuestra espera sentimos que había “química” con los autos que pasaban, luego de un rato nos dimos cuenta que la cosa se iba poner complicada.
El conductor de un auto -que andaba muy rápido para nuestro gusto- nos dijo que más tarde iba a ir a Seabra, una ciudad cercana a Lençóis, y que nos podía llevar. Así que nos esperanzamos con que esa posibilidad: si nadie nos levantaba antes, de alguna forma y a alguna hora íbamos a llegar a destino.
¡Qué ilusos! A eso de las dos de la tarde nos fuimos de abajo del sol porque nos estábamos por insolar y esperamos un rato a la espera del auto salvador. Cuando llegó se hizo el que no nos vió y se fue para otro lado. Nos miramos con cara de “¡qué pelot…!” Nos costó reaccionar y reconocer que teníamos que recurrir al Plan B.
Nos fuimos a la terminal a las corridas para tomar el único bus diario que sale directo a Lençóis. Llegamos 30 minutos antes pero ya no había lugar. Miramos una y otra vez la computadora y a la chica que vendía los pasajes con cara de “¿No podemos viajar igual?” pero no conseguimos nada.
Podríamos haber pedido a la anfitriona que nos recibió previamente que nos hospedara una noche más e intentar al día siguiente pero lo único que queríamos era llegar.
Finalmente, tomamos uno a la ciudad intermedia, Ibotirama, con la esperanza de conseguir algo que nos lleve de ahí a Lençóis. Después de tres horas de viaje en un bus ochentoso -sin aire acondicionado, butacas poco reclinables y desperfectos mecánicos- llegamos.
Volvimos a correr para agarrar otro bus que a los 10 minutos salía para Lençóis pero el vendedor nos rompió el corazón cuando nos dijo que quedaba un solo lugar.
Hacer dedo desde ahí ya no era una opción porque faltaban pocos minutos para que se haga de noche. Tuvimos que avisar a nuestra anfitriona de CouchSurfing que lamentablemente, esa noche no íbamos a llegar.
Con pocas ganas de hacer dedo al día siguiente, compramos un pasaje para salir a las 4.30 de la mañana hasta Seabra porque el próximo a Lençóis era a la noche del día siguiente y no queríamos retrasar más nuestra llegada. Decidimos dormir unas horas en una posada de mala muerte por 50 reales para bañarnos, reponernos y sacarnos el mal humor.
A las 4.20 estábamos esperando el bus. Llegó a las 6.20, cuando el sol ya estaba bien arriba. A las tres horas llegamos a Seabra, bien cerca de la Chapada, y luego de dos horas más volvimos a tomar otro ómnibus para llegar a Lencois al mediodía.
Nuestro plan de hacer dedo hasta Chapada Diamantina le dejó lugar a otro plan que implicó 36 horas de viaje y el pago de tres buses y una noche de alojamiento. Hagan las cuentas. En estos casos es cuando pensamos, “¿por qué no buscamos unos paquetes en oferta en lugar de pasar por este periplo?”, pero a los segundos se nos pasa y reafirmamos que estas experiencias son las que enriquecen el viaje.
La fruta del postre. Supuestamente nuestra anfitriona nos iba a ir a buscar a la terminal a la hora que llegaba el micro. Dos horas más tarde seguíamos en el mismo lugar pero con más calor y más mal humor. La couchsurfer nunca apareció, lo que nos obligó a correr a los brazos abiertos que tenía para nosotros una posada amiga.
Casi a la noche, nuestra ex futura anfitriona se reportó disculpándose por el olvido. Nosotros dimos por cerrado dos días de frustraciones viajeras y dejamos paso a una espectacular semana en la Chapada Diamantina.
Hasta el momento esta fue nuestra mayor frustración relacionada con hacer dedo. ¿Y ustedes intentaron viajar a dedo alguna vez? ¿Cómo les fue? Esperamos sus comentarios.
¿Te gustó la anécdota? Te agradeceríamos que nos ayudes con un Me Gusta en la Fanpage. Así nos ayudás a seguir viajando y a seguir ayudando a otros viajeros con la información que compartimos
🙂
Esta publicación tiene un enlace patrocinado. Es una de las formas que usamos para financiar este blog, enlazamos al sitio web de una empresa o marca a cambio de una remuneración. Esto no afecta de ninguna forma lo escrito. Todo lo que escribimos es subjetivo, está basado en nuestra experiencia y redactado con mucho ♥.
Waw chicos, ¡qué experiencia!
Nosotros tuvimos una historia similar en Noruega, pero creemos que es porque estábamos completamente empapados porque nos había cogido la lluvia caminando así que nadie nos quiso recoger. Decidimos continuar por la carretera prestando atención al bosque por si había un lugar donde plantar la tienda de campaña, pero estaba todo cubierto de musgo y no teníamos aislante, así que no podíamos plantar. Después de caminar una media hora encontramos unas cabañas donde por suerte aún había una disponible. No fue barato, pero dormimos secos y calentitos.
Vale la pena decir que en otras experiencias en Noruega no hemos tenido problema para que alguien nos lleve a dedo, así que le achacamos la mala suerte a la lluvia.
Y si, no hay nada como dormir calentitos después de una frustración en el camino. Lo que si son experiencias inolvidables. De eso se trata en definitiva. Gracias por compartir su experiencia. Saludos!
Viajar a dedo es de las cosas más complicadas de hacer hoy en día, mucha inseguridad en Latinoamérica para poder pensar que es la solución, pero que bueno que pudieron llegar a pesar de las circunstancias.
Gracias por compartir.
Hola, después de varios años recorriendo Sudamérica muy pocas veces tuvimos sensación de inseguridad haciendo dedo (1 o 2 de muchas decenas). Al contrario, encontramos muchisima hospitalidad y ayuda en las rutas. De hecho el problema que contamos en esta nota, lejos estuvi de estar vinculado a la seguirdad.Esa fue nuestra experiencia. Saludos y gracias por el mensaje.
Tengo varias histoirias de autostop (los estoy leyendo ahora ya que con mi amigo vamos a la Copa America y tenemos que recorrer desde Sao Paulo hasta Salvador. La ultima me paso aca en Nueva Zelanda, donde vivo.
Con una amiga estabamos haciendo un track que dura 4 dias y por lo general se llega a uno de los dos extremos del track, se deja el auto, pero con anterioridad se bookea un servicio de traslado desde el fin del track hasta donde dejaste tu auto. La cosa es que nosotros fuimos a la aventura y decidimos hacer autostop a la vuelta. Cuando llegamos al final del track, en el ultimo dia y luego de caminar mas de 8 horas, pensamos que ibamos a estar cerca de un pueblo o algo para poder dormir y tomar una ducha en un hostel, pero para nuestra sorpresa, el pueblo mas cercano estaba a 3 horas mas caminando. Eran ya las 5 de la tarde aproximadamente, y nosotros exhaustos de caminar todo el dia. Le pusimos onda y empezamos a caminar, luego de 1 hora y media esabamos hartos, queriamos tirar la carpa en cualquier lado, asique llegamos a una cascada con vista para sacar fotos y cuando estabamos ya casi derrotados a pasar otra noche a la interperie, aparece un auto con una senora amable que luego de ver nuestra cara de cansancio se ofrecio a llevarnos al pueblo que estaba no tan cerca, pero teniamos que acompanarla en sus paradas, ya que ella es fotografa. Nosotros no podiamos mas de felicidad y obviamente asentimos. Luego de pasar la noche en el pueblo aun teniamos que volver a recoger nuestro vehiculo al otro lado del track, asique partimos temprano haciendo autostop, y luego de 7 diferentes autos que nos llevaron, y casi siendo las 9 de la noche y a punto de haber perdido la fe de llegar a nuestro auto, lo logramos. Creo que ha sido una de las pocas veces en que sentido esa satisfaccion y felicidad de que la vida y todo se alineo en mi favor esos dias. Asique a no perder la fe, vamos Brasil, yo confio en ti 🙂
Saludos chicos, gran blog.
A.
Hola Alex, gracias por compartir tus historias, lo lindo de hacer dedo es que se sabe cómo se empieza pero no cómo se termina.Nosotros tuvimos grandes experiencias recorriendo sudamérica, aunque en Brasil no nos fue del todo bien. Sin embargo conocemos mucha gente que hizo Brasil a dedo sin ningún problema. A veces depende más de uno que de otra cosa…. Que lindo viajar para ver fútbol. Nosotros fuimos a Brasil 2014 y a la Copa América 2015. Grandes experiencias. Brasil es un buen país para hacer dedo. Solo hay que ser paciente e intentas hablar algunas palabras en portugués. Les deseamos éxitos.
Uf! Casi no conozco a viajerxs que hagan autostop o dedo que no tengamos alguna historia frustrante!
La mía, por sobre todo la que más recuerdo fue en el año 97 o 98,como sea, hace mucho, qué viejo que soy, jaja!! Iba a Cosquín, Córdoba para el festival que ese año tendría como gran estrella a la Negra Mercedes Sosa que volvía a ese escenario tras muchos años de ausencia pero bueno, la cosa que salgo de Pergamino (mi ciudad) temprano. En 15 minutos estoy arriba de un camión de los que llevan autos. La suerte estaba a mi favor. Me dejan en Venado Tuerto (error mío fue no querér ir por Rosario por la RN 9 a Córdoba); en Venado 20, a lo más 30 minuto y un camión me levanta y me deja en Río IV. Estoy a mitad de camino y son las 11 de la mañana. Me imagino a las 19 tomando mates en el camping y zaz, a esa hora sigo en el mismo lugar donde me vi obligado a hacer noche en la banquina y al otro día lentantamente recién pude llegar a destino!
Abrazos chicxs!
Que sigan los buenos rumbos!!!
No se trata de que no haya problemas o frustraciones, sino de saber como resolverlos, ¿no? Igual que duro clavarse horas y horas al lado de la ruta. Más que viejo digamos que tenés mucha experiencia, jaja. A nosotros nos pasó algo similar a lo que contás en la Carretera Austral, pero el principal motivo era que casi no pasaban autos. Es más frustrante cuando pasan muchos y ni te miran. En Brasil nos pasó mucho de eso. Abrazo viajero y gracias por escribir.
Me pasó lo mismo en el mismo lugar hace 4 años. Pregunté uno por uno a todos los camiones que había en la estación de servicio al frente de la rodoviária y ninguno quería o podía. Tuve que buscar donde dormir y decantar por pegar ônibus al día siguiente hasta Seabra. No sé si el problema es Brasil en sí mismo o Barreiras tiene esa maldición. O los errores propios de caer en un lugar tan desconocido y remoto.
Saludos!
Uhh bueno, al menos no nos sentimos tan mal. Echémosle la culpa al lugar. Más allá de eso, por lo que vamos viviendo y conversando con otros viajeros, Brasil tiene sus particularidades para el dedo. No es para nada imposible, pero tampoco es fácil. A nosotros todavía nos quedan un par de miles de kilometros así que esperamos mejorar la racha. Abrazo y gracias por escribir.
¡Muy bueno el relato, chicos! Creo que hacer dedo es muy personal y no hay una verdad universal. En nuestro caso, nos va mucho mejor en la estrada (la ruta) que en los postos, en general después de un lomo de burro. Igual, depende mucho de la experiencia de cada uno
¡Así es! No hay una verdad universal y como nosotros aún nos consideramos inexpertos, sentimos que estas situaciones son parte del aprendizaje.
Chicos, la posta para hacer autostop en Brasil son las estaciones de servicio… La onda es hablar con los conductores y rápidamente se consigue. Yo recorrí la BR 101 desde Buzios hasta San Salvador… Pararse en la ruta es una perdida de tiempo.
Hola Pilar, buen dato, la verdad es que lo veníamos sospechando y algunos viajeros nos dijeron esto de que la clave pasa por los Postos y no por hacer dedo propiamente dicho. Habrá que afinar el portugues, perder la verguenza y salir a chamuyar a los postos. Gracias por la info y por escribir. Abrazos!
sacto!