Lo llaman Camino del Inca de Tarija. No es una mentira ya que esos senderos formaron parte de la red de comunicación vial del Tahuantinsuyo. Pero, en realidad, antes de que pasaran los Incas para moverse al sur fueron otros pueblos originarios los que fueron creando este camino al transitarlo.
Nosotros hicimos parte de ese camino en un recorrido de 20km en dos días desde el poblado de Pujzara a 3700 msnm hasta Pinos Sud a 1900 msnm. Verdaderamente es una de las mejores experiencias que tuvimos en Bolivia, por eso forma parte de nuestra lista de recomendados.
Los preparativos
Después de varios días en Tarija, de conocer la ciudad y sus alrededor, era hora de partir. Fundamentalmente porque ya habíamos pasado varios días en la casa de Hernán –nuestro anfitrión de Couchsurfing-, incluso más de los que le habíamos solicitado formalmente. Pero no sabíamos a dónde.
Se aproximaba el 22 de enero, aniversario de la conformación del Estado Plurinacional de Bolivia. Caía viernes y por el feriado el fin de semana pasaba a ser largo. Hernán y Duygu –su compañera- tenían pensado aprovechar esos días y salir de la ciudad. Como buenos anfitriones nos invitaron a salir con ellos.
El plan era hacer una caminata de dos días por unos senderos precolombinos en la Reserva Biológica Cordillera de Sama, una zona de altiplano donde la altura va desde los 3700 hasta los 1900 msnm. Una región de lagunas, dunas, ríos y balnearios naturales; habitada por cóndores, vicuñas, llamas, flamencos y con sitios arqueológicos como caminos preincaicos, fortalezas y grabados rupestres.
A nosotros todo nos pareció perfecto así que aceptamos, aunque fue después de confirmar que el camino era todo en bajada.
Hernán y Duygu fueron los responsables de arreglar con algún taxista algún precio conveniente para dejarnos dentro de la Reserva. Nosotros nos encargamos de llevarnos fotocopia de documentos de cada uno a la oficina del Servicio Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SERNAP) de Tarija.
La entrada es gratuita pero es necesario solicitar un permiso antes de ir. Nos tomaron los datos y nos dieron un papelito con un sello que autorizaba nuestro paso por allí. También nos dijeron que le iban avisar a los guardaparques de guardia que al día siguiente íbamos a estar por allá.
Supuestamente si te encontrás con los guardaparque hay que mostrar el permiso, no lo sabemos porque no nos cruzamos a nadie.
Primer día: De Pujzara a Calderillas
Primero tuvimos que llegar hasta Puzjara, una comunidad a más de 100 km de Tarija que se hacen en dos horas aproximadamente. Como casi no hay transporte público y no queríamos perder tiempo en el traslado arreglamos con un taxista que por una módica suma nos llevó hasta allá. Lo dividimos entre cuatro así que es accesible. El viaje es en subida y por una ruta con muchas curvas pero como el camino está en buen estado no es para temer.
Después de muchas curvas y subidas todo se hizo más llano.
Técnicamente es el altiplano, aunque el menos conocido. El altiplano de Tajzara, el mismo nombre que una de las lagunas que están en la Reserva y que vimos desde el taxi. Nos hizo acordar a las Lagunas Altiplánicas del Desierto de Atacama.
Por suerte el taxista nos dejó más cerca del comienzo del camino de lo que nos imaginábamos, justo para empezar el descenso.
Atrás quedó el camino de los autos. Adelante muchas piedras y mucho verde. Y tal como lo habían prometido, todo en bajada. Para nosotros es una locura pensar que cientos de años atrás, un montón de personas eran obligadas a construir estos senderos. Por lo menos hoy, quienes lo hacen lo hacen por plata.
Apenas comenzamos la caminata vimos muchos cóndores volando sobre nuestras cabezas. Caminamos un rato mirando al cielo pero después tuvimos que volver a concentrarnos en el camino de piedras.
La primera parte el camino tiene mucho zig-zag y en algunas partes es de cornisa, pero todo muy tranquilo: ni grandes precipicios ni bajadas empinadas. Es como ir de paseo.
La primera parte se hace bastante rápido así que solo durante las primeras horas se tienen vistas «desde arriba».
Después todo se hace un poco más llano.
Después de tres horas de caminata empezamos a visualizar presencia humana: Pirca y sembrados.
Además del pircado, en un momento nos cruzamos con un viejito con bastón y un jóven. Hernán se acercó a conversar. La intención era asegurarnos que íbamos por buen camino. Hablaron muy bajito y muy cerrado, así que nosotros no entendimos nada. Pero Hernán dijo «vamos bien», así que nos quedamos tranquilos.
Al rato empezamos a ver las primeras casitas, así que confirmamos que íbamos por buen camino. En realidad, desconfiábamos un poco porque Hernán ya había hecho ese camino con unos amigos, solo que esa vez se perdieron y tuvieron que pasar la noche en el medio de la nada.
Al acercarnos al poblado de Calderillas, empezamos a buscar un refugio para pasar la noche. Visualizamos una construcción moderna (entiéndase ladrillos de cemento y no de adobe); algo así como un refugio oficial pero estaba abandonado y cerrado. Veíamos por las ventanas que tenía todas las condiciones necesarias (y más) para pasar la noche pero no había forma de entrar.
De pronto apareció una señora. Fue muy difícil comunicarnos porque (evidentemente) no hablaba mucho español (y nosotros no conocíamos su idioma) pero con señas nos indicó que siguiéramos caminando un poco más.
La hicimos caso a la señora y llegamos al «centro» de la comunidad: la escuela. A su alrededor había varias casitas pero no había nadie.
Nos metimos «al patio» de la escuela y nos sentamos a comer casi al atardecer. Después de recuperar energías nos dispusimos buscar un lugar para pasar la noche y algo para comer.
Mientras algunos se encargaban de buscar alguna persona en la comunidad, algunos nos encargábamos de contemplar el lugar.
Finalmente encontramos un lugar para dormir, un albergue o algo así: una gran habitación con algunas camas. La dueña no estaba pero si sus dos pequeños hijos.
Después de comer una rica sopa que logramos conseguir en la casa de unos viejitos, nos fuimos a dormir.
Segundo día del Camino del Inca: De Calderillas a Pino Sud
Después del desayuno improvisado de té de coca por unos pocos Pesos Bolivianos y unas galletitas de agua que compramos a los niños que atendían el hospedaje, emprendimos la etapa final del Camino del Inca de Tarija.
Había que ir al baño antes de empezar la caminata y hacia allí nos dirigimos. Con la luz del día vimos todos los detalles que la noche anterior no habíamos notado. Que «el lujo es vulgaridad» fue uno de los principales aprendizajes de ese día.
El día nos volvió un cielo bien celeste para disfrutar no solo de la caminata sino también de los colores.
A los pocos metros de empezar el segundo tramo del Camino del Inca, nos sentimos como en un cuento: el pasto, las montañas, el cielo. Todo perfecto.
El segundo día del falso Camino del Inca de Tarija es llano y siguiendo el curso del río, aunque solo durante la primera parte.
Hasta que en algún momento lo tuvimos que cruzar. Al principio alcanzaron las piedras que hacían un caminito. Después terminamos cruzando descalzos porque el agua nos llegaba hasta las rodillas. En total, cruzamos el río tres veces.
Hasta que en un momento… no sabemos porqué empezamos a subir. La promesa de Hernán de que era todo en bajada fue válida para el primer día. Una subida en zig zag de 45 minutos aproximadamente nos dejaron con poco aire.
Y después volvimos a bajar, por última vez. En el camino nos encontramos un hombre subiendo con su mula. Mirábamos para abajo y no veíamos nada; no nos podíamos imaginar de dónde venía. De donde sea, hacia allá íbamos nosotros. El Camino del Inca de Tarija estaba llegando a su fin.
La última bajada se hizo larga pero en un momento llegamos al llano.
Después del cartel que supuestamente anuncia el final del Camino del Inca de Tarija, queda un trecho más. Nosotros nos equivocamos el camino y terminamos en el medio de un sembrado. Por suerte la familia estaba en ese momento ahí trabajando la tierra y nos indicó que teníamos que cruzar el río para salir al camino. Allí supuestamente íbamos a encontrar transporte público.
Ya eran cerca de las cinco de la tarde de un día feriado… nos empezamos a apurar. Luego de una curva vimos un minicolectivo que estaba bajando varios bultos del techo. Acababa de llegar de Tarija y no tenía idea de regresar. Hernán habló un poco y negocio un precio conveniente para todos. Pasamos por la entrada de su casa, le avisó a su señora que volvía a la ciudad y una hora más tarde llegamos a lo de Hernán.
Gastos por persona para hacer el Camino del Inca de Tarija
- Taxi Tarija – Tajzara: 40 Bs
- Noche en Hospedaje «El Turista» en Abra de Calderillas: 20 Bs
- Cena en casa de familia: 15 Bs (Sopa de fideos con carne)
- Desayuno: 4 Bs (Café más galletitas)
- Colectivo Pinos Sud – Tarija: 40 Bs*. (Precio que arreglamos de favor para que nos llevara a la ciudad)
*El pasaje normal es de 5 Bs.
Hola, pienso hacer este trayecto este domingo y lunes 14/abr/2019
Me desean suerte
¡Muchos éxitos! Disfrutalo 🙂
Que buen articulo! los felicito por el trabajo, es hermoso el lugar. yo estoy armando el viaje hasta la reserva en bicicleta desde la frontera, para el mes de febrero, tenia una duda, que tal es es el clima para pasar la noche en carpa? se consigue agua (arroyos, casas, etc) muchas gracias saludos!
pd: tienen instagram?
hola! muchas gracias por compartir! tendrian el contacto de la persona que los gio por el camino del inka? gracias! saludos!!
Hola Nahuel, gracias por escribirnos. El recorrido lo hicimos solos con un amigo. Lo que te recomendamos es ponerte en contacto con quienes administran la reserva. Te dejamos el link: http://sernap.gob.bo/sama/. Ahí están los datos para contactarte con ellos y consultar.
Saludos
Me encantó la experiencia, salvando las distancias nosotros anduvimos por los Picos de Europa en Asturias por las montañas sin senderos ni caminos. Las señales de que ibamos bien eran algunas piedras pintadas de amarillo y blanco. El trayecto lo hicimos en 4 horas inolvidables,sintiendo la Naturaleza con los 5 sentidos. Gracias por el paseo, sigo descubriendo gracias a uds una Bolivia desconocida.
Los quiero.
No te teníamos 4 horas caminando por la montaña. Lo anotamos para cuando lleguemos a España!
Las apariencias engañan.